Pedacería / Patchwork

Anna Tsing le llama patchwork, Valeria Luiselli pedaceria. Tanto da. Si se organiza es una forma poderosa de hacer etnografía, que se empeña en conectar lo inconexo y hacerlo con sentido sin querer, ay, que el sentido, ay de nuevo, anule la autonomía de lo inconexo: cachos, trozos, pedazos, que conectan, que emparentan, pero porque toca, ahí y entonces, aliándose de maneras diversas a las entidades que los habitan, los usan, los padecen, los miran, la propia sociología incluida, no porque se les imponga desde arriba o desde abajo, desde la fuerza de disciplina de quien interpreta o desde el poder de la estructura, la que sea, que creemos que lo genera todo. La pedacería trabaja por catas y viñetas. Viaja mucho, etnografía, pero rápido, porque el pedazo que observa se le suele escapar de las manos, buscando alguna alianza. Es apasionante hacer sociología o etnografía así. Pero requiere resocializarse: no deprimirse ante el inacabamiento, la borradura o el esbozo; no esperar discursos enteros ni fotos completas, solo susurros, pedazos, imágenes borrosas; conformarse con rumores, hacerles caso y hacer caso a lo que indican; asumir que objetos —los de ViDes lo son— en permanente (des)hacerse requieren de textos y campos que reflejen ese movimiento.