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Niñas y niños que no cuentan

Mariana Norandi

Madrid, 10 de marzo de 2022

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En la mesa de infancia y exilio no se nombró el exilio, pero se nombraron niños y niñas que no suelen nombrarse, porque no tienen nombre o, para ser más precisa y utilizando la terminología administrativa, no tienen papeles. Niños y niñas “irregulares” que no existen, que son invisibles.

Niños/as que no se cuentan.

Con la llegada cada vez caudalosa de niños y niñas a España, en gran medida por la reagrupación familia, han aumentado lo menores sin papeles. Y lejos de los estereotipos sociales y mediáticos de la infancia migrante representada en la figura de los llamados MENAS, de lo que nos hablan las cifras es de una población mayoritariamente menor de diez años y procedente de América Latina. 3 de cada 4 menores sin papeles procede de América Latina, siendo Perú, Honduras, Brasil, Colombia, Argentina y Bolivia (por ese orden) quienes sustentan las tasas de mayor irregularidad infantil. Niños y niñas sin papeles que tienen limitado el derecho a la libre movilidad fuera del territorio español, que no cuentan ni son contados más que en las estadísticas de las no existencias, de los desprovistos de plena ciudadanía, de los que habitan entre las grietas del aparato legal. En España, hasta el 2013 los y las niñas que habían nacido durante las travesías, de mujeres que había parido durante sus largos procesos migratorios -muchos producto de violación o explotación sexual- ni siquiera eran inscritos en el registro policial de la Adexttra. Ahora, a partir del 2013, se cuentan pero no cuentan.

Niños/as que no cuentan….(O no cuenta lo que cuentan)

Los niños y niñas siguen sin tener una entrevista individual en los protocolos de protección internacional y demanda de asilo. ¿A poco un niño o niña de 8 u 11 años no tiene nada que contar? ¿Por qué sus relatos no tienen escucha? ¿No tendrá nada que contar una niña de 10 años que ha atravesado el Sáhara con su madre durante meses? Quizás se piensa que no entienden, que reproducen el discurso de sus progenitores o que mienten. Desde lo jurídico, parece ser que los relatos de los niños y niñas no cuentan con mucho grado de fiabilidad. De ser así, ¿no se les estaría desposeyendo de la capacidad de pensar por sí mismos/as, construyéndolos de este modo como una extensión familiar?

Falta de escucha que también recae en el sinsentido de la determinación de la edad. Datos y relatos que se miden con una prueba radiológica básica del carpo de la muñeca izquierda -sin tan siquiera intervención forense- y en algo tan poco fiable como es la apariencia. En la apariencia de la cara o en la apariencia del desarrollo de los caracteres sexuales.