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La protección es el espacio de excepción

Gabriel Gatti

Bilbao, 13 de octubre de 2022

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Llevo días entretenido mirando el titular de esta campaña de CEAR, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, comiéndome la cabeza con lo que quiere decir. Solo dejé de hacerlo cuando leí de qué se trataba, un llamado a no limitar la sensibilidad por el refugio y los refugiados a los que huyen de Ucrania y ampliarla a otros y otras que tienen que escapar de muchos conflictos, de los que ahora —o siempre— están invisibilizados; no es que discrepe con la idea, pero no es eso lo que me hizo comerme la testa. Así dicha, la cosa no requiere más que de sentido común. No exige esfuerzo crítico.

Pero si no se hace caso al texto que sigue a la foto y se presta solo atención al enunciado la cosa invita al revuelto neuronal, en tres direcciones posibles:

1) Que la protección ya no es la regla, sino lo que la contraviene, la exceptúa.

2) Que el refugio es la nueva norma, aunque sea la contraria de la vieja (cuando la protección era norma).

3) Que cuando esa nueva norma (todos vivimos en refugios) se rompe lo que queda es algo que se parece a lo que aparece en la foto: la generalidad del mundo arruinado, y sin opción de cobijo; la protección como un privilegio, cosa de poco espacio y poco tiempo.

Es probablemente una explicación retorcida; viene a decir que el mundo está tan hecho virutas, que dar protección en forma de refugio es una necesidad general y no algo reservado para los que no viven una vida como debe ser vivida, pues eso, la vida que no es como debe, es un dato los suficientemente extendido como para hacerle caso. Quizás tenga todavía la forma de hipótesis del décimo hombre, o sea, si 9 dicen algo que es de sentido común uno debe contravenirlo para pensar otras opciones, aunque sean contraintuitivas; los 9, en este caso, dirán que el refugio es cosa de pocos, el 10, que es el dato normal. La idea, hay que decirlo, la sacó de Guerra Mundial Z: el décimo hombre era el que decía que cuando se usaba la palabra zombi para hablar de lo que estaba pasando por todas partes no era una metáfora —que es lo que pensaban los otros 9— sino una descripción de los hechos. Razón tenía el hombre —el 10—, toda la razón.

Hace un tiempo, con María y Nacho, sugerimos que sería interesante pensar la desaparición social y los espacios que protegen de ella a partir de una expresión rara, la excepción invertida, un contrasentido… pero cabal. Queríamos decir que el mundo, en general, lo es de desaparición generalizada y que los espacios de protección, pocos, son la excepción. Al revés que antes, donde la norma era proteger.