Ensalada de retóricas

Gabriel Gatti

Leioa, Febrero de 2022

 

Nos enteramos por las vías habituales de comunicación de la Universidad País Vasco que se empezaba a impartir para el profesorado un curso llamado «Aulas refugio». Aparentemente nada demasiado interesante aunque llamaba la atención que el tema se nos ofreciese ahora. Podía interpretarse de nuevo como una de esas coincidencias que indica que nuestra sensibilidad por el asunto está en la onda de sensorios de época. Poco más. Sonaba a actividad oficial, a rutina blanda de maquinaria del bien, a causa ganada que entraba, una vez más, un día más, por el engranaje institucional. Quizás ahí había material potencial para una cata, pero no de mucho interés. Lo cierto es que lo dejamos pasar. Recibí sin embargo una carta de la responsable del curso que parecía personal, aunque no debía serlo. Le contesté hablando de nuestro interés por el tema y del proyecto. No pareció entender lo que le dije pues me respondió muy rápido, en modo ejecutivo, como con prisa. Otro par de correos más, aclararle lo que queríamos y hablamos.

Conté lo que hacíamos en ViDes, problematizar la idea de refugio, esperé reacciones. No las hubo: no parecía que eso inquietase, y eso me inquietó, la verdad. Me respondieron con lo que dice el díptico, y tuve la impresión que para la persona con la que hablé ACNUR y refugio eran proveedores de vocabulario que, unidos a otros diccionarios, generaban un cierto blablá que podía sonarle convincente, donde se mezclaban “transformación social”, “empoderamiento”, “ciudadanía crítica y movilizada”, “educación” y, sobre todo, un cierto lenguaje con tono de management con cosas como “proyecto”, “liderazgo”. Todo daba lugar a una ensalada aparente, pero sin fondo. Pura vinagreta. No daba la impresión de que el tema del refugio estuviese en su horizonte real de intereses, ni siquiera de que se lo hubiese pensado un ratito. Era, sí, la base narrativa de su trabajo, pero nada más.

No pasó de ahí. Nunca me llamaron. El curso se hizo sin éxito, pero deben de estar muy ocupados. Pensando en el concepto de refugio seguro que no.