
Es profesor en la Universidad Autónoma de Madrid. En su largo penar académico ha pasado por distintas universidades nacionales y extranjeras, cargado con la pregunta sobre los usos cívicos del pasado y con la esperanza de que el pretérito sea un lugar cuyo estudio sirva para hacer extraño lo familiar. Desengañado del conocimiento por el conocimiento y con una cierta patología por desestabilizar la metafísica de la modernidad, ha rastreado el origen de los conceptos con las que significamos el mundo, los macrofundamentos de las conductas individuales, las maneras de gestionar historiográficamente episodios traumáticos, la trágica precariedad de toda identidad, o las formas cívicas de enseñanza de la historia. Ha escrito algunos libros en solitario, como El rostro de la comunidad (2001), o muy bien acompañado, como La guerra que nos han contado (2006). Se aventuró en la coedición de una obra colectiva que reflexiona sobre el saber histórico y su comunicación en este siglo recién comenzado, El fin de los historiadores (2008), y se ha adentrado en el mundo de la difusión no académica a través del programa de radio Contratiempo que codirige en el Círculo de Bellas Artes con un grupo de buenos amigos.
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